El final del monopolio del conocimiento a través de la cadena de suministro
Habitualmente, los bancos, notarios y similares han sido los intermediarios que necesitaban los socios de las empresas para verificar y garantizar sus intercambios. Ahora, blockchain es capaz de convertirlos en obsoletos y hacer que dejen de ser imprescindibles. El monopolio de los intermediarios hace que se pueda comerciar con los datos y compromete la privacidad del usuario. En el sistema de cadena de bloques, son los algoritmos los que sustituyen a los intermediarios, garantizando el acceso a todas las partes a la base de datos y su archivo. Esto es señal de que estamos al final de un monopolio en el conocimiento y muy cerca de una transparencia óptima, ya que nadie podrá manipular o eliminar datos sin ser detectado. La cadena de bloques lo registra todo, y para siempre.
Para poner un ejemplo, los proveedores del servicio logístico son capaces de documentar sin inconveniente cada dato a lo largo de toda la cadena de suministro en un blockchain visible para todos e imposible de ser falsificado. También existe la oportunidad de descubrir fisuras automáticamente en las cadenas de suministro y en los procesos de negocio. En el lado opuesto, la tecnología es un recurso relativamente exhaustivo, desde que cada servidor u ordenador conectado a la cadena de bloques está expuesto a la carga completa de trabajo y debe tener espacio de almacenamiento para todo el blockchain. Además, todas las partes deben estar de acuerdo en adoptar una estrategia común.
Las transacciones se registran utilizando claves públicas y privadas. Los usuarios que tengan la autorización requerida pueden verificar, compartir y almacenar las transacciones que vayan integrando. Aunque el blockchain es un concepto de acceso abierto, también existe la posibilidad de configurar áreas de acceso restringido. Los usuarios pueden además definir sus propios algoritmos para activar automáticamente una transacción.